Bratagenluas

Querido tú,

Sé que crees que todavía no te he perdonado. Que algún rincón de mi corazón sigue en llamas clamando venganza. Ojalá supieras que no, ojalá me creyeras cuando te lo digo. Que no puedo odiarte sin odiarme a mí misma. Y yo a mí no me odio, me quiero. Me quiero toda, con esa parte que fuiste mía durante un rato. O que no fuiste nunca pero quise tanto que fueras. 

El caso es que a veces te veo en mi mente y te imagino feliz. Más feliz de lo que quizá seas. Te veo feliz y me siento feliz, y en ese momento entiendo por qué no era feliz yo cuando estaba contigo. Porque tú no eras feliz por ti mismo (no creo que alguna vez lo hayas sido sin una sola nube) y yo, que hasta las nubes las baño de sol, era infeliz al verte no feliz. Era capaz de ser feliz por mí misma, pero no por ti ni por los dos.

Y así nos hicimos tantos trabalenguas y tantos líos, que nunca fuimos nada más que eso. Palabras. Vueltas y más vueltas.

Pero yo, aún ahora y para siempre, amo todas esas palabras. Nuestro libro entero. Nos quiero y no me quema. Te imagino feliz y vivo feliz. Y ahora sé que mi sueño nunca fuiste tú. Mi sueño fue arrancarte la tristeza de cuajo y sembrarte sonrisas por todas partes. Por la cara, por las sienes, por los pies y la barriga, por la espalda y el cogote.

Sonrisas. Sonriendo. 

¿Sonríes?
image


11 respuestas a “Bratagenluas

Replica a Melisa Cancelar la respuesta