Pero, ¿qué somos? ¡Si no somos nada! No sabemos cambiar el aspecto de nuestra piel para camuflarnos con el entorno y salvar el pellejo. No tenemos ni idea (la mayoría de los mortales) de cómo fabricar una casa con nuestras propias patas manos. No podemos hacer correr a nuestras piernas a 104 kilómetros por hora. El hombre más rápido del mundo, sólo alcanza los 44 Km/h.
Por cierto, los camaleones, las hormigas y los guepardos sí pueden.
No somos nada excepto huesos, carne y eso que llaman alma. Eso que nos distingue, supuestamente, de las bestias (o a ellas de nosotros). El alma nos trae el arte, la empatía, la emoción, ¿el amor? Pero también nos trae el miedo, la paranoia, la inseguridad, la depresión. Todo eso que una bestia ni vislumbra.
Un guepardo no tiene miedo, porque es un depredador. Las jirafas o los ciervos sí lo sufren. Es el miedo de la supervivencia, el de sobrevivir a toda cosa, el de la selección natural. Nuestro miedo es parecido, excepto porque lo que más miedo nos da del miedo, es el miedo a sentirlo. Tenemos miedo a ser olvidados, a no sentir nada, a preocuparnos demasiado, a comer mal, a ser marginados, a enfermar, a engordar, a no ser. Es un miedo irracional el del alma, uno que desconozco, desconocemos, en qué momento de la evolución comenzamos a sentir los humanos.
Somos una forma de vida superior, o eso creemos. Pero, en realidad, solo somos diferentes. Quizá por eso a muchos nos consuela la pureza de la naturaleza, que es como un número primo, como el círculo más redondo, como un problema resuelto. Una vida superior.
Ya te digo. Y es que para el universo no somos nada mas que un granito de arena, diminuto e irreconocible. Pero bueno, en nuestro planeta, somos el animal mas peligroso y que más daño es capaz de provocar. El ser humano rompe todo lo que se le acerca, es distinto, tan distinto que da miedo
Completamente de acuerdo. Creo haber captado algo similar al mensaje de este post en tu último post. Gracias por pasarte 😉
Asi es, algo tiene. Igualmente, gracias por pasarte, se agradece:)
Me cuesta creer que haya nadie capaz de olvidarse de ti… no deberías tener miedo por eso.
jajaja gracias Fer!
Tenía ganas de volver a leerte. De que volvieras, un poco a ser más tú. Lo has conseguido. Brillante de nuevo. Aunque yo apuesto por el alma de las hormigas. Y sólo objete quien haya visto tantos documentales de la 2 como yo. Y es que cualquiera de ellos es más sabio, más humilde, más sencillo…
Muchas gracias, mi rubia. Y sí, seamos hormigas, molan mucho más :).