Tenías, no sé, algo incierto grabado en la mirada. Como un quiero y no puedo que me volvía loca. Que me sigue poniendo contra las cuerdas ahora que ya sólo es un recuerdo esfumado.Tenías la vida patas arribas y querías que yo fuera tu brújula. Yo, que me perdí nada más verte. Que a cada una de tus dudas naufragaba sin remedio. Yo, que a pesar de todo, me encontré después de ti. Flotando como un milagro rodeado de ruinas. Nadando. Sobreviviendo.Tenías, no sé, una señal de alarma en los labios. Un «vete antes de que sea tarde» demasiado fácil de ignorar. Aun con todo, al final me fui. Tuve que irme. No era tarde ni pronto. Era entonces. Era, fue, el único momento en que un naufragio pudo acabar en playa.
A veces hay amores donde perderse no es aconsejable, aunque nuestros sentimientos nos digan lo contrario.
Saludos
Es la eterna lucha entre razón y corazón 😉 ¡Abrazos!
Y amores en los que una vez perdida…es muy difícil salir sin que alguien salga herido…normalmente, quien menos lo merece, quien lo ha dado todo y más….
Así suele suceder… quien más da es quien más probabilidades tiene de perder. Gracias por leer, Cristina! 🙂
A veces nos atrae tanto algo o alguien que, pese a las señales de peligro, seguimos yendo hacia ello.
Feliz domingo guapa 😉
Y es inevitable, ¿verdad? 😉 ¡Feliz domingo para ti también! Un beso.