Tengo algo dentro que muerde. Tengo algo dentro que impulsa. A veces creo que son la misma cosa. Que eso que me moja las mejillas por sorpresa y lo que me hace saltar de euforia están fabricados de la misma materia.
Imagínalo, por un momento, la alegría y la tristeza saliendo del mismo lugar, de una misma pulsación. Una, llenándose de color y ruido, creciendo con la risa y el amor. La otra, vaciándose de todo menos del vacío, alimentándose del miedo y del odio, casi siempre del miedo y del odio hacia uno mismo. Las dos, llegando a ser tan cruelmente diferentes que compararlas es un suicidio, pero contraponerlas también.
Alegría y tristeza. Son partes del todo. Lo son todo por partes. Son una nota desafinada, un renglón trémulo, un grito en el silencio, una onda en el agua. Un desequilibrio respecto a la muerte.
Alegría y tristeza, en cualquier caso, ambas vida.
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Me recuerda a algo sobre lo que quiero escribir. La Felicidad Transitoria se llamará el post. Porque todo tiene dos caras 🙂
Qué bien haberte inspirado ☺ Gracias por pasarte! ☺😊😊