Dicen que hay que beber dos litros de agua al día, que eso alarga la vida, pero qué queréis que os diga, a mí en la vida lo importante no me parece la longitud, si no la amplitud. Y en ensancharme los días (y la sonrisa) hay alguien que se lleva la palma. Y a ese alguien no le gana nadie.
Dicen que hay que llevar gafas de sol, que el astro rey anda peligroso y te puede carbonizar las retinas. Pero, la verdad, yo siempre fui más de sentir el sol en las pestañas y prefiero que mis ojos se rindan a tu luz antes que dejar que se acostumbren a la oscuridad.
Dicen que hay que hacer deporte, pero a mí, si estoy contigo, las endorfinas no me abandonan ni hibernando en el sofá.
Dicen, hablan, cuentan. Todo es teoría. Pero en la práctica, a ver quién no sacrificaría horas de sueño por soñar despierto agarrado de esa mano. Quién no arriesgaría lo mil veces perdido por un nuevo hogar en forma de persona, de esas que te salen al paso, que simplemente te encuentran y te dicen «quédate».
Y te quedas, sin pensarlo, porque la vida es algo más que cumplir normas no escritas. Es algo más que contar por ahí que eres feliz y adjuntar fotos para demostrarlo. La vida hay que vivirla ancha, amplia, enorme. Hay que llenarla de ruido, de besos, de luz cegadora (de ojos) que despierta los sentidos del alma. Y así, sin ver pero sintiendo, beber todo lo que no nos deje con más sed. Mirar a las estrellas que arrojen respuestas a nuestras preguntas. Correr por placer, contando recuerdos felices y no calorías, ni mucho menos likes.
Porque dicen que ser feliz reduce el envejecimiento, y yo quiero ser eternamente joven a tu lado. Una joven con la piel arrugada y una vida tan ancha como para llenar la tuya. Una joven que cuando le pregunten el secreto de su sonrisa, el misterio de la vida, responda con un monosílabo de cuatro letras.
Sí, seré una vieja joven que nunca sabrá bien del todo si hay que beber dos litros de agua, o más, o menos. Si hacer deporte de verdad es imprescindible para estar sano. Si el sol que le alegra la cara es tan malo como dicen. Pero tendrá clara una cosa. La irrenunciable condición para mantener su vida tan ancha como el cielo:
Tú.
¡Qué buen blog! Te invitamos a pasar por el nuestro, somos amantes de la poesía y cosas de la vida, esperemos te guste.
Un abrazo.
¡Gracias! 🙂
Aaay me encanta lo que escribes! 😊😊😊 soy nueva en esto del blog pero espero poder, en algún momento, escribir algo tan lindo como haces vos.
¡Muchas gracias! Seguro que sí, solo tienes que escuchar a tu corazón y dejar que escriba por ti ;). Un abrazo.