Baches eternos

Antes de salir de casa me miré en el espejo, más por costumbre que por vanidad. «Menudo moño más catastrófico me he hecho», dije en voz alta hablando para nadie. Además de haberme dejado mechones fuera, por la frente y la nuca, tenía varias zonas de pelo que sobresalían. Vamos, que si mi cuero cabelludo hubiese sido una carretera, ésta hubiera estado llena de baches, pensé. Me hizo gracia mi ocurrencia, porque así es como sentía yo que salía todos los días a la calle, con la cabeza llena de baches. Llena de miedos, de culpas, de inseguridades. De trampas. ¿Y acaso era la única? No, seguro que no.

3da85ccfb932c88c793757fc25fc3f25

Aquel día los baches de mi cabeza no eran sólo figurados, sino también literales. Después de mirarme unos segundos más calibrando las probabilidades de éxito que tendría el intentar arreglar mi despropósito capilar con horquillas, hice algo bastante inusual en mí. Miré a los ojos a mi reflejo con baches y le sonreí. Acto seguido abrí la puerta y me fui. Os lo aseguro, mi peinado era indescriptible. Y no, ese día el tener prisa o estar medio dormida no me servían como atenuantes en mi delito estilístico. Simplemente creo que me dio igual. Total, eran sólo un puñado de baches. Como los miedos, las culpas y las inseguridades con las que todos nos enfrentamos casi todos los días. Miedos, culpas, inseguridades… y luego está el amor. Ay, quien diga que el amor no es un bache es que nunca se ha enamorado. El amor es el bache más grande de todos, es como arrojarse de lo alto del Gran Cañón del Colorado y que abajo haya esperándote un cohete a reacción que te devuelve a la cima en un milisegundo. Y así una vez tras otra. Una vez tras otra.

A veces el amor es así, un bache corto pero intenso. Empieza. Subes, subes más, sigues subiendo y cuando crees que ya no puedes subir más, descubres extasiado que todavía te esperan un par de escalones. A veces la caída es tan paulatina como la subida y a veces es igual de veloz. A veces subes lentamente y bajas de golpe. Es como un golpe seco, como una tirita arrancada de un estirón. No sé, hay para quien merece la pena acabar rápido. Ahorras tiempo, eso sí. Otras personas lo que prefieren ahorrar es dolor, así que en su descenso encuentran siempre lugares donde descansar o, con un poco de suerte, poder quedarse para siempre.

4905126be1c99e2384f5d4b752a1c99f

En los mejores casos, los baches de amor te ofrecen una cima que, más que una cima, es una explanada. Allí puedes refugiarte años. Subes, subes más, sigues subiendo y el paisaje a vista de pájaro te gusta tanto que te instalas a vivir allí. Son baches muy largos, pero hasta los baches muy largos acaban, ¿no? Vale, no, que el amor no se acaba siempre, lo sé. ¿Lo sé? Sí, claro, algunas veces he visto venerables parejas de abuelitos cogidas de la mano. Y me he enternecido, y les he envidiado, y he pensado que a esas alturas de sus vidas serían más familia que otra cosa. Como si convertir a un extraño en tu familia no fuera uno de los actos de amor más grandes que un ser humano puede experimentar. Sí, sin duda, para algunas personas el bache es eterno, igual que su suerte.

54f6007e5737c_-_rbk-long-marriage-04-vbgjas-s2


8 respuestas a “Baches eternos

  1. Lo ratifico. Muy buen post. Evidentemente a nadie le gusta caer, pero a base de caer te haces fuerte. El kit creo que está, en si después de la caída te pones la armadura para no hacerte daño, o si por el contrario a pesar de estar expuesto, mantienes esa inocencia que te permite engancharte a ese cohete a reacción, del que hablas. Personalmente me quedo con la segunda opción, que te permite llegar cada vez más y más alto.

    1. estoy de acuerdo, Watchusnei, hace un tiempo era del club de la armadura, pero ahora pienso que lo mejor es abrir los brazos a todo sin miedo a que lleguen cosas malas. Cuando aprendes a confiar en ti mismo, sabes que esas cosas las dejarás pasar y sólo recibirás las cosas buenas.

      Gracias por pasarte y comentar! 🙂

    1. ¡Así es amiga, dos céntimos! 😉 Tú lo sabes bien, la inspiración aparece cuando menos te lo esperas. Gracias por pasarte una vez más, ¡besos! 🙂

Deja unas palabritas

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s