V

Me tocó caer en tus redes como a otros les toca la lotería, pero todavía con más suerte. Crecí contigo. Lo sigo haciendo. No hay día en que un rayo de sol caído desde tu cielo no moldee con su calor un pensamiento nuevo.

Me tocó enamorarme de las cien mil versiones de tu azul mar. De tus autobuses rojos como el rojo miedo al que he vencido a cada bache tras la ventana, a cada falsete de Chris Martin tras los auriculares, a cada recuerdo a contrapié.

Cuántos caminos de ida y vuelta. De vuelta e ida. Cuántas carreteras trampa en la misma historia circular. Menos mal que estabas tú, con ese ritmo frenético, ese sol anaranjado, esas nubes con forma de sueños.

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Me tocó sentirme sola, hasta los huesos, en medio de toda tu gente. Mirar sus rostros y odiar sus sonrisas cuando la mía estaba en búsqueda y captura. Luego, claro, me tocó reconciliarme con todas y cada una de ellas. Fue cuando tu primavera verde me trajo mi vida de vuelta.

Me tocó sentirte hogar, refugio abierto, trampa mortal en algunas partes. Y es que sí, quise quemar esa calle, aquel portal y todos tus días de invierno.

Me tocó derretir con mis besos algún que otro banco a la luz de una farola. Y a cada impulso entendí, siempre lo hice, que no hubiera sido lo mismo en otra parte, en otro lugar sin historia. Sin mi historia grabada en el yeso de mi rellano, en la arena de esa playa, en los buzones a los que eché a volar mil palomas con letras.

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Me tocaste tú, que eres todos los que gritan, ríen, lloran detrás de cada rectángulo de luz que indica vida en la noche de un edificio.

Tú, que eres coches, ruido, paz. Piedras en los zapatos, plazas inhóspitas, semáforos en ámbar, bicicletas que bailan en la mañana.

Tú, que me calmas con tus luces, con tus puentes que dan al aire, con tus rincones oscuros y tus secretos a voces.

Tú, con V de viernes, de vida, de “ven, que te cuento”.

Tú, con la V de la Victoria que siempre me has conseguido. Porque todo lo que perdí de puertas para fuera me lo has devuelto dentro. Con algún enviado especial surgido de alguna boca de metro que llegó justo a tiempo. Con un helado de doble cucharilla en el bar de siempre. O con un ‘arroz al horno’ en sartén para 6 o 7.

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Tú, marco incomparable. Contexto, contenedor, continente. El firmamento de este sistema solar con estrellas y varias lunas. Con cometas y agujero negro. Con gente extraterrestre que se pasa solo a saludar.

Tú, tan mía, tan nuestra.

Tú, tan bonita siempre.


3 respuestas a “V

  1. Vaya!!! Hasta las dos últimas frases realmente pensaba que hablabas de alguien… Muy bueno, de verdad. Creo que no soy el único romántico enamorado de algo. Algo que nos define vayamos donde vayamos.
    Besos
    Fer

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