Ya no pienso en ti, básicamente, porque tú ya no eres tú. Puede que seas todavía un poco algo en este trozo de vida, pero tu rastro, créeme, no durará para siempre. Puede que seas todavía un poco de alguien, pero tú ya no eres eso que me desordenaba las horas, ni lo que me tapaba el viento. Eres otra cosa, como el sustrato donde antes crecía una planta y ahora se pudren los recuerdos.
Pero no importa. Lo peor ha pasado porque ha pasado lo peor. Lo mejor peor que podía pasar. Y ahora tú ya no eres el objeto, sino la sombra lejana que recuerda que ahí estuviste, pero que ya no. Ya no eres la emoción, eres el hueco que dejó y que se va llenando de otras cosas. Recovecos de miradas que ya no existen, de palabras que ya se dijeron, de culpas expiadas.
Ya no pienso en pensar en ti. Cuando pienso, pienso, y cuando no, te olvido. No pretendo retenerte por más tiempo, no se puede congelar lo que es efímero. Ya no puedo escribirlo más. Ya no puedo esconderlo en notas amarillentas por los cajones. Ya no puedo seguir encontrándomelas con los años.
Quiero romperlas todas. Quemar los huecos, remover la tierra y destrozar las raíces. Y dejar que desaparezca ese que tú ya no eres. Eso que tú y yo ya no somos.
Que bonita manera tienes de decirlo todo! Besos
Muchísimas gracias, Aida! 😉😚😚
Lo importante, lo que me interesa, es que tú, la persona al volante de este blog, sigas siendo tú. Porque ser tú es una buena idea y una mejor opción.
Besos
Fer
Muchas gracias, Fer, siempre estás ahí para alegrarme el día ☺☺😙😙