Hay cosas que no pueden solo escribirse. Hay palabras que trascienden las palabras y tienen que ser voz. Hacía mucho que no le hablaba a un micrófono que no fuera el de mi móvil para grabar audios de Whatsapp. Hacía demasiado. Tanto que, en realidad, nunca me había parado a recitar mis letras, a saborearlas, a sentirlas con (incluso más) intensidad. Me ha gustado tanto que lo volveré a hacer. Aunque el micrófono de mi portátil sea una patata y el Audacity me haga la trama y al final la música se escuche bajito. Lo volveré hacer (y ahí tenéis mi flamante nuevo canal de Youtube -¿os suscribís?:)-).
Volveré a dejarme enamorar la voz por la primavera, por ti y por la preciosa obra de Mebekha, que es la autora de esta preciosidad de vídeo (gracias, gracias, gracias).
Si habéis tenido un lunes duro, y si no también, dadle al play y fundiros con el piano y la sencillez de un amor de esos que te llenan la cabeza de flores.
Espero que os encante tanto como a mí.