Últimamente había estado pensando que se merecía mucho más de lo que tenía. Se merecía un beso de verdad, se merecía su nombre con todas las letras y no tener que pararse a pensar. Se merecía pasear en vez de andar, viajar aunque fuera sin levantarse del sofá y sonreír de vuelta a casa. Se merecía amor fuera de su cama. Se merecía el cielo y no la tierra. Justo todo lo que ahora él le daba a otra.
El traqueteo ocasionado por el mismo bache de siempre la sacó de sus pensamientos y, una vez más, el autobús dobló la esquina. Miró el familiar puente y recayó en que nunca la habían besado sobre él, nunca había esperado allí a ninguna amiga, no se había sentado al sol en uno de sus bancos ni había paseado bajo la lluvia. Y, sin embargo, recordaba aquel sitio como si todavía pasara por él cada día. Era eso, un lugar de paso para ella. Por allí solía ir (y nunca volvía).
Recordó entonces haber contemplado tantas veces las flores a ambos lados del puente… Las había observado con los ojos como platos y también entrecerrados. Con migraña y con nostalgia. Estando nerviosa, enamorada y deshecha. Y sobre todo, estando feliz. Era en ese estado de ánimo cuando más las disfrutaba, aunque claro, en más de una ocasión habían sido ellas, las flores, el motivo de su alegría,
Daba igual cuánto se torciera todo, daban igual los vacíos o las malas noches. Al final llegaba un día en que cambiaba la estación, y con ella las flores. Los geranios daban paso a los claveles, y estos a las flores de Pascua. Y entonces pensaba que si la ciudad podía pasar página y seguir su curso, ella también. Veía el sol brillar sobre los pétalos y, a veces, hasta el agua caer con fiereza inundando los maceteros. Y ya no importaban los exámenes mal preparados, las conversaciones inacabadas ni la monotonía más letal.
El autobús siguió recto hasta su destino pero su mente, como solía sucederle entonces, se quedó algún tiempo más que su mirada en aquel puente con vistas a una noria y a un horizonte un poco más feliz.
Qué rincones más bonitos tiene nuestra Valencia…. 🙂 Me quedo con ganas de saber cómo continúa el viaje.
¡Un beso!
Patri.
Continuará, Patricia, en cada nuevo post! 🙂 gracias por pasarte y un besito, paisana!
Que grandioso texto, espero poder seguir leyendo su viaje.
Un abrazo.
https://dontaskmetosayidontloveyou.wordpress.com/
muchas gracias por leerme! 🙂
Lecturas que te enganchan, así defino la tuya.
Me encanta pasarme por aquí.
¡Un saludo! (:
muchas, muchas gracias! es un placer recibirte por aquí siempre. 🙂
Me encantas, siempre tan elegante.
Muchas gracias, Tatiana 😉😊😗